La propiedad tal vez
más maravillosa del protoplasma es su excitabilidad o irritabilidad, esto es,
la facultad de percibir las excitaciones del medio ambiente y reaccionar a
ellas en una u otra forma. Podríamos definir la irritabilidad como la
sensibilidad de la masa protoplásmica .Las células son sensibles — irritables —
a los contactos, a la gravedad, al calor, a la luz, a la electricidad y a las
substancias químicas, podríamos decir, abusivamente, a los sabores. En algunas
existen incluso organillos de los sentidos especializados para la percepción de
alguno de esos excitantes.
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